lunes, agosto 07, 2006

Engañador



Aún pensaba en su hogar, en sus hijos y su esposa, todavía escuchaba el momento del impacto que lo dejaría perdido en una selva que solo Dios sabe que extrañas criaturas habitaban en él. El paisaje era hermoso pero engañador, sabía que aún lo seguían esos salvajes que pese a ser humanos, eran canivales, seres que en su vestimenta portaban los huesos de sus compañeros que no alcanzaron a escapar. Más adelante ví que había un salvaje, que luego se transformaron en miles; revisé mi arma, no tenía balas, solo ahí supe que era mi fin.

Pedro Villacorta R.

1 Comments:

At 6:01 p. m., Blogger Ijon Tichy said...

caníBales

 

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